INTOCABLES EN CASA AJENA
La situación que vive el fútbol de La Paz, sede del
poder político boliviano, es una muestra de cómo, sin herir los “estatuos de la
Fifa” (que prohíben que los gobiernos se entrometan en el fútbol de sus
afiliados), el gobierno de Evo Morales puede paralizar los torneos de la Liga del
fútbol Profesional Boliviano y exigir un mínimo de vergüenza y corrección de sus dirigentes.
Para ello, bastaría que todos los estadios de Bolivia
sean cerrados para mantenimiento.
Y listo.
¿Dónde realizarían sus campeonatos los afiliados a la
Federación Boliviana de Fútbol (FBF)?
Los dirigentes quieren eternizarse en sus cargos, la selección nacional juega amistosos, la FBF cobra en el exterior para no pagar impuestos y nadie sabe dónde va ese dinero: no quieren ser investigados, no desean regirse a
normas fiscalizadoras, no divulgan sus libros contables, en fin, amenazan con
la disculpa de suspensión del fútbol boliviano por parte de la Fifa, pero los clubes
bolivianos siquiera tienen un escenario deportivo propio.
Todos los estadios donde los “intocables” juegan sus
torneos, pertenecen al estado:
Hernando Siles (Bolívar y The Strongest), La Paz; Félix
Capriles (Wilstermann), Cochabamba; Jesús Bermudez (San José), Oruro; Tahuichi
Aguilera (Oriente Petrolero y Blooming), Santa Cruz de la Sierra; Víctor
Agustín Ugarte (Real Y Nacional), Potosí; Patria (Universitario), Sucre.
Los “estadios” de las otras ciudades, Warnes, Chaco y
Pando, donde juegan Sport Boys, Petrolero y Universitario, respectivamente, son
apenas canchas con césped.
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