Ni verdes, ni planos
Vengo repitiendo en este blog que, a pesar de emotivo, el torneo Clausura, como lo fue el Apertura, está siendo de un bajo nivel técnico alarmante.
Busqué, busqué, y encontré muchos motivos para explicar el por qué, y sería muy necesario, pero en este momento no, analizarlos. (Volveré al asunto).
Sin embargo, el más alarmante, porque viene de mucho tiempo, es el problema de los gramados bolivianos; todos (Uno de los más lindos de Sudamerica, se salva raspando el del Siles (foto) de La Paz) están en pésimo estado.
Conversé con varios entrenadores de los primeros equipos de la Liga, y todos fueron unánimes en apuntar que el mayor problema de los jugadores es el estado deplorable en el que se encuentran los “chijis”.
Se entrena en gramados pésimos y se juega en gramados pésimos.
A ver: ¿será que mejora el toque de balón si se entrena en un piso agujereado? O será que no se alcanza la excelencia del pase, si todos los días se practica en esas circunstancias.
En pisos planitos, sin pasto alto, el balón desliza en línea recta, tal cual debe ser, por el suelo; Si no se entrena en esas condiciones, claro que los jugadores irán perdiendo noción de distancia, de fuerza: el balón puede salir redondo, pero, literalmente, llega al destinatario “cuadrado”.
¿Será ese el motivo por el que los jugadores del campeonato boliviano gustan tanto de los pelotazos, en lugar del pase largo?
Vengo repitiendo en este blog que, a pesar de emotivo, el torneo Clausura, como lo fue el Apertura, está siendo de un bajo nivel técnico alarmante.
Busqué, busqué, y encontré muchos motivos para explicar el por qué, y sería muy necesario, pero en este momento no, analizarlos. (Volveré al asunto).
Sin embargo, el más alarmante, porque viene de mucho tiempo, es el problema de los gramados bolivianos; todos (Uno de los más lindos de Sudamerica, se salva raspando el del Siles (foto) de La Paz) están en pésimo estado.
Conversé con varios entrenadores de los primeros equipos de la Liga, y todos fueron unánimes en apuntar que el mayor problema de los jugadores es el estado deplorable en el que se encuentran los “chijis”.
Se entrena en gramados pésimos y se juega en gramados pésimos.
A ver: ¿será que mejora el toque de balón si se entrena en un piso agujereado? O será que no se alcanza la excelencia del pase, si todos los días se practica en esas circunstancias.
En pisos planitos, sin pasto alto, el balón desliza en línea recta, tal cual debe ser, por el suelo; Si no se entrena en esas condiciones, claro que los jugadores irán perdiendo noción de distancia, de fuerza: el balón puede salir redondo, pero, literalmente, llega al destinatario “cuadrado”.
¿Será ese el motivo por el que los jugadores del campeonato boliviano gustan tanto de los pelotazos, en lugar del pase largo?
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