Ojo, cuidado; está entrando de moda por el mundo afuera, que empresarios adquieran o inviertan en clubes de fútbol quebrados o a punto de ello.
En Europa sobre todo, esa práctica ya alertó a las autoridades respectivas, porque hay gente que utiliza esas inversiones para lavar dinero proveniente de las mafias.
Ya no existe más amor a la camisa; lo que hay es negocio, pero negocio fuera de la ley.
Y el fútbol está siendo la víctima.
En América del Sur, el Corinthians de Brasil, club donde juega el boliviano Juan Carlos Arce, es el ejemplo más claro.
Ayer, la Policía Civil de São Paulo allanó las oficinas del club (foto) y se llevó documentos y computadoras para realizar las investigaciones.
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