miércoles, 3 de octubre de 2007

Bolívar está en jaque


Una carta de Bolívar firmada por dos dirigentes circuló hoy por la mañana y llegó a los jugadores del primer plantel.

Escrito en el singular, me parece que es una circular, o sea, para que todos los miembros del elenco académico lean y tomen ciencia.

Llena de equívocos, la misiva, indirectamente, justifica, por adelantado, que no va a cumplir con los compromisos económicos (sueldos atrasados) con los jugadores, culpando a éstos por la crisis del club.

Según dá a entender la carta de los dirigentes bolivaristas, los jugadores y cuerpo técnico tenían la obligación de garantizar la clasificación del equipo a la Libertadores y Copa Sudamericana.

Ledo engaño, ignorancia o mala fe, porque el fútbol está hecho de victorias, derrotas o empates.

Es como si los jugadores del Real Madrid o del Manchester United tuviesen la obligación de ganar todo, solo porque los dirigentes así lo quieren. O porque son las entidades más millonarias del planeta.

Se olvidan los dirigentes de Bolívar, que sus jugadores son seres humanos y así siendo tienen todas las posibilidades de perder, empatar o ganar, exactamente como los jugadores de los otros 11 clubes de la Liga.

De aquí a poco, los dirigentes bolivianos van a querer hacer contratos donde los jugadores serán pagados por victoria, derrota o empate, dejando de lado los sueldos. Un verdadero absurdo.

¿En dónde está escrito que los jugadores tienen la obligación de salir campeones?

Están confundiendo el concepto de la palabra DEPORTE.

Sinceramente, dudo que Bolívar pague lo que debe a los jugadores.


Lo más probable es que el estadio de Tembladerani (foto) permanezca vacío hasta el próximo año.

En Bolivia, ser dirigente de fútbol significa estar permanentemente en los medios, por lo tanto, lo hacen más por vanidad que por vocación; hay excepciones, claro.

Algunos dirigentes de Bolívar tuvieron que “poner dinero” para figurar y van a querer recuperar primero lo que pusieron como “cuota prestada” al club, antes de salir.

Como hoy no hay en Bolivia personas con capacidad financiera para asumir la dirección de un club quebrado como Bolívar, lo más probable es que los dirigentes actuales continúen en sus cargos hasta 2008, cuando tiene que haber elecciones.

Pasó por la cabeza de los dirigentes bolivaristas conseguir en el exterior algún empresario para que invierta en el club, pero no fue posible porque en Bolivia no hay legislación que ampare a los inversionistas en fútbol y, por otro lado, la ley exige que cualquier inversión tenga origen transparente.

Bolívar está en jaque.



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