Hinchas de Wilstermann preparan bandera gigante para llevarla a la cancha. (Foto: Opinión). |
En Cochabamba se prepara la fiesta.
A partir de las 16h00, en el estadio Félix Capriles, como local, Wilstermann enfrentará al Petrolero y con un
empate podrá consagrarse campeón del Torneo Clausura de la Liga del Fútbol
Profesional Boliviano, faltando una fecha para que concluya el campeonato.
Llegó a esas instancias por méritos propios, porque en el fútbol también
es mérito aprovechar las fallas y, en este caso, desorganización de los
adversarios.
De ser campeón, gran parte de ello se deberá a los puntos conquistados
fuera de Cochabamba, cuando visitaba a equipos que apenas ahora están
demostrando que podían haber trabajado mejor y lo hicieron mal, inclusive
Bolívar y The Strongest.
Hace muchos años que La Lajta (como también es conocida Cochabamba) no
tiene expectativa de fiesta grande.
Por eso, los que aprovechan para ganar dinero en esas ocasiones, lo
hacen; muchos, sin escrúpulos.
Se espera lleno completo (40.000 personas), siendo que 24 mil entradas “desaparecieron”,
como por arte de magia, 72 horas después de ser colocadas a la venta.
Por eso, muchos hinchas tendrán que pagar precios exorbitantes para
poder asistir al cotejo.
Es un caso, digno de investigación. Investigación que debe comenzar
dentro de la propia institución wilstermanista.
Lo que no quita el mérito del cuerpo técnico y jugadores.
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