El clásico número 200 tuvo un resultado hasta cierto punto previsto.
Bolívar 1 (Willam Ferreira, 59´) The Strongest 1 (Rodrigo Ramallo, 69´).
Se disputaba un partido en el que el pensamiento de cada uno de los
equipos era acercarse lo más posible de la zona de clasificación a un torneo
internacional, nada más que eso.
La mayor importancia estaba en el ámbito personal, pues cada uno de los futbolistas
sabía que el cotejo era propicio para disimular una crisis instalada en su íntimo
y en su día a día.
Crisis que viene de la pésima participación en la Libertadores y de la
relación entre miembros de los elencos, sobre todo en Bolívar.
Por ello, futbolísticamente, del cotejo no se podía esperar nada mejor.
Hay que reconocer, sin embargo, que los entrenadores Oscar Villegas y
César Farías, de Bolívar y The Strongest, respectivamente, y que nada tienen
que ver con esas crisis, intentaron dar a sus equipos su toque personal,
cambiando esquemas de juego y sustituyendo jugadores.
Pero no lograron mucho.
Parece que sus comandados no consiguen recuperar ánimos.
El punto conquistado es más positivo para el Tigre, pues con él,
permanece en la tabla en un expectante tercer lugar (que hoy le da una clasificación
a la Libertadores), a 11 puntos del puntero Wilstermann de Cochabamba.
Ya para Bolívar, que oficiaba de local, el punto conquistado no sirvió
de mucho, pues continúa ocupando el noveno puesto en la clasificación, con 19
unidades, a 17 del líder.
Parece que la ya anunciada dispensa de jugadores en Bolívar al final del
torneo, tuvo efecto contrario a lo esperado por sus dirigentes. Lo que se vio
en la cancha, dice eso.
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