La selección boliviana de
fútbol entrará a la cancha esta noche para enfrentar a su similar paraguaya, en
Asunción, a partir de las 19h00 (HB), por la cuarta fecha de las Eliminatorias
Sudamericanas a la Copa del Mundo Rusia-2018.
Como siempre, el equipo
boliviano dependerá de lo que los futbolistas paraguayos hagan en cancha, ya
que, cuanto mayores fueren sus errores, las chances de los dirigidos por Julio
Baldivieso conseguir punto(s) serán proporcionalmente iguales.
Porque el fútbol boliviano,
hace muchos años, es dependiente del adversario de turno, como lo fue en su
último compromiso en La Paz, cuando venció a un equipo venezolano (4 x 2) que
más pareció haber llegado a paseo.
Desde la campaña del ´94,
los seleccionados bolivianos, inclusive jugando como locales, nunca tuvieron la
capacidad de proponer y ser los dueños de los partidos, de imponer su ritmo.
Dependemos de lo que los
adversarios hacen.
Un paso importante para
acabar con la dependencia futbolística, son las nuevas ideas, los conceptos inéditos
en la labor táctica de los entrenadores.
Ese cambio de mentalidad y de capacidad productiva dentro de la cancha, es lo se espera como resultado del trabajo de los entrenadores, trabajo ese que no debe limitarse a tratar de imitar lo que en otros países se hace.
Ese cambio de mentalidad y de capacidad productiva dentro de la cancha, es lo se espera como resultado del trabajo de los entrenadores, trabajo ese que no debe limitarse a tratar de imitar lo que en otros países se hace.
Porque el fútbol es riquísimo en posibilidades creativas, ya que ningún futbolista, ningún entrenador, ningún sistema táctico, ningún equipo, es igual a otro. Y, lo mejor, todos tienen la libertad de ser diferentes.
Ojalá que la representación boliviana juegue bien, independientemente de que la paraguaya juegue mal.
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