La selección boliviana de fútbol inicia hoy su participación en las Eliminatorias
Sudamericanas que visan la clasificación a la Copa del Mundo Rusia-2018,
enfrentando a la representación de Uruguay, a partir de las 16h00, en el
estadio Hernando Siles de La Paz.
En otras circunstancias, sería un partido más de los muchos similares, pero
esta vez los futbolistas entrarán a la cancha completamente llena, cargando durante
90 minutos, todo el peso de la crisis del fútbol nacional.
Con dirigentes interinos (no reconocidos por la Conmebol) intentando
poner orden al caos.
Con una Comisión Técnica convocada casi por acaso, y que se encargó de motivar
al equipo con acciones poco ligadas al fútbol, pero que también motivó la renuncia a la selección de dos jugadores (Marcelo Martins Moreno y Ronald Raldes) considerados titulares absolutos.
Y con la poca renovación de jugadores, ya que los 23 futbolistas, cuyo promedio de
edad bordea a los 27 años, siendo que los 11 anunciados para ser titulares sobrepasan
ese índice, lo que para el fútbol profesional representan un elenco veterano.
Y con un entrenador, Julio César Baldivieso, valiente, que asumió la
responsabilidad de dirigir a la selección, conociendo toda esa coyuntura.
Lo que espera de él es que justifique todo el discurso extra campo, en
el sentido de mostrar la “otra forma de jugar” de la selección.
Solo espero que dentro del repertorio táctico de la nueva selección
boliviana, esté la presión permanente en la marca y la velocidad para atacar, argumentos
esenciales para vencer, pues los uruguayos llegaron a Bolivia, como siempre,
discursando su miedo a la altura de La Paz.
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