Baldivieso y sus dirigidos, en Palacio de Gobierno, junto al presidente Evo Morales. |
Una torta fabricada bien al
estilo de Julio Cesar Baldivieso.
Torta de varios pisos: desde
patriotismo, civismo y armas en los cuarteles, pasando por una llamada "renovación" de jugadores, hasta la promesa de “pidan lo que quieran”,
en Palacio Quemado.
Torta bien hecha, colorida, se ve
substanciosa.
Torta que atiende al "estilo Bolivia", donde cualquier oportunidad es motivo de fiesta, tantas son nuestras carencias.
Personalmente, me voy a adherir
a las conmemoraciones, cuando vea a la selección boliviana de fútbol jugando diferente
y bien.
Festejaré el momento en que
note que el fútbol nacional realmente es otro dentro de la cancha, después de la llegada de Baldivieso a la
selección.
El próximo jueves, frente a
la selección uruguaya, será el inicio de esa percepción.
Sin embargo, reconozco que tengo serias dudas, ya que, hasta ahora, se habló
y se hizo de todo y para todo gusto y público.
Se habló de todo, menos
de fútbol.
Pero, a pesar de mis dudas, tengo esperanzas de ver algo
nuevo, porque, entrenamientos a puertas cerradas para el periodismo deportivo,
es el anuncio de que Baldivieso prepara algo sorprendente, diferente, novedoso.
Algo que el adversario no puede saber. Porque si así no fuere, la medida no se
justifica.
Al contrario de las últimas
selecciones, ésta, la dirigida por Baldivieso, tuvo todo lo que quiso para su
preparación.
Hasta desayuno con el
presidente Evo Morales.
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