Los cuatro miembros del Comité
Ejecutivo de la Federación Boliviana de Fútbol están en el ejercicio de sus
funciones, siguiendo los estatutos de la entidad.
Y son, o fueron, con
excepción de Walter Zuleta, dirigente de Bolívar, hombres de confianza de
Carlos Chávez, presidente aprehendido.
Pues bien, pese a que su
representatividad no alcanza a las circunstancias requeridas por el fútbol
boliviano, ese Comité eligió a Miguel Ángel Portugal para dirigir a la
selección boliviana de fútbol, porque tiene autoridad para hacerlo.
Pero, paralelamente, los
dirigentes de Bolívar, The Strongest y el vicepresidente de Wilstermann,
declararon que no fueron consultados para el nombramiento de Portugal, siendo
que los dos últimos manifestaron su desacuerdo con ese nombramiento.
Al mismo tiempo, después de
hacer pública su renuncia y aceptar los acuerdos alcanzados (pese a que aún no
le cancelaron deudas pendientes), el ex entrenador Mauricio Soria dice que aún
es el entrenador de la selección.
Y los presidentes de los otros 9 equipos de la Liga, siquiera se manifiestan.
Y los presidentes de los otros 9 equipos de la Liga, siquiera se manifiestan.
Y todo ese comportamiento
amateur ocurre cuando estamos a menos de
un mes de dos amistosos, frente a las selecciones de Argentina y de la República
Dominicana, en EEUU.
Lo más absurdo, es que todos
hablan a través de los medios de comunicación y no se reúnen para llegar a un
acuerdo.
En el fondo, lo que esos
dirigentes desean es habilitarse frente
a la opinión pública nacional, como candidatos a la presidencia de la
Federación Boliviana de Fútbol.
Sin embargo, con ese comportamiento,
dejan claro que no están preparados para tanto, porque lo que necesita el
balompié nacional, son ciudadanos gestores, sin pasado político partidario y/o
dirigencial, y no oportunistas de turno.
La hora de las mudanzas para
el fútbol boliviano llegó, no se puede perder la oportunidad.
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