Si en este momento hay una persona
repudiada en Brasil, esa persona es Marco Feliciano, dirigente y pastor de la secta
evangélica “Catedral del Avivamiento”, acusado de racista y enemigo declarado
de los homosexuales.
Por esas cosas irónicas de la vida y que
a veces uno no termina entendiendo en la política brasileña, Feliciano es diputado
federal y presidente de la Comisión de Derechos Humanos y Minorías (CDH) de la
Cámara de Diputados y actualmente es albo de protestos airados en Brasil donde
exigen su dimisión del cargo en la CDH.
"Antes de que yo llegue la comisión de Derechos
Humanos y Minorías (de la Cámara de Diputados) era dominada por Satanás”,
declaró el homofóbico Feliciano en su mensaje durante un culto en el interior
del Estado de Minas Gerais.
Pues ese personaje estará llegando a Bolivia
(Oruro) el próximo lunes 8 de abril para visitar a los 12 hinchas corintianos
presos acusados de la muerte del joven hincha del San José, Kevin Beltrán.
Según Feliciano, “ver personalmente lo
que está pasando con los 12 brasileños detenidos es una forma de presionar a
las autoridades brasileñas y bolivianas para que tomen una actitud, debido a
las denuncias de malos tratos reveladas por los acusados”.
El diputado brasileño acusado de racista
y homofóbico anuncia que se reunirá con diplomáticos brasileños, miembros de la
justicia boliviana y con la familia de Kevin, pero negó que el viaje sea para
distraer las presiones cada vez más fuertes que viene sufriendo en Brasil.
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