viernes, 18 de julio de 2014

LOS 47 AÑOS DE ERBOL Y EL DEPORTE


LA IMPORTANCIA DE UNA GRAN INSTITUCIÓN

Desde que había retornado al país, después de 33 años de vida en Brasil, Erbol me llamó la atención por su forma diferente de hacer radio. “Una relación directa con el público oyente por  medio de la educación”, pensé.

Pensé, pero me instigaba el hecho de que dentro de esa relación, el deporte esté ausente; justamente el deporte que es la manifestación social aglutinadora más importante del Siglo XXI.

Pero, 2002 y los anteriores, eran años que en que el deporte no hacía parte de la vida Erbol – Educación Radiofónica de Bolivia.

“El deporte también es Cultura, por lo tanto, Educación”, le dije al entonces Director Ejecutivo de Erbol, René Zeballos, en una primera reunión. De pensamiento abierto y académico de la Comunicación, él rápidamente coincidió conmigo.

El desafío estaba hecho: Crear el departamento de deportes de la radio. Un departamento cuya existencia sea permanente y propositiva; creadora y contestataria.

Así, fue de mi incumbencia crear una nueva y novedosa actividad dentro de Erbol. Escogí el nombre de ERBOL DEPORTES, porque nunca dudé que esa nueva actividad periodística sería permanente en la emisora.

Erbol Deportes estrenó el 2002 transmitiendo, en vivo y en directo, desde el Coliseo Cerrado Julio Borelli Viterito, el Sudamericano Femenino de Volley, del que se sagró campeón Brasil. 

“Erbol Deportes, es Comunicación/Erbol Deportes, es Información/Erbol Deportes es Educación/

Eso dice parte de la letra que escribí, para ser la canción oficial del programa, a la que se sumó el talento del maestro Donato Espinoza, quien compuso la música. 

Para el éxito de ese nuevo emprendimiento, mucho tuvieron que ver José Luis Mancilla, quién batalló mucho para darnos los recursos técnicos necesarios, y Pepe Galleta, que se sacrificó para encontrar patrocinadores interesados en la nueva propuesta. 


No puedo olvidar de mi aigo y compañero Pablo Loza que, como yo, renunció entonces  a Deporte Total, para iniciar, juntos, la nueva caminata. 


Posteriormente, invitamos para que se sume al equipo de Erbol Deportes, al competente periodista Jorge Figueroa. 

En la producción, mucho tuvo que ver para el arranque y consolidación del programa, nuestro estimado José Luis Mendoza, el conocidísimo “Ratón”, que con su talento y buen gusto, nos dio armas para la lucha. En los estudios, el entonces joven y ahora médico, Jorge Luis Alcón.

El concepto que manejo es el de que el deporte forma parte de la sociedad, por lo tanto es igual víctima de ventajas personales y de intereses políticos. Y el periodismo debe estar atento, vigilante, crítico, a esa relación perversa, causante del atraso en que se encuentra el deporte boliviano.

Los acontecimientos del 2003, solidificaron esa idea, pues Erbol, fue el medio de comunicación boliviano que más contribuyó para el inicio del proceso de cambio que hoy vive el país.

No llamaba la atención ni preocupaba a nadie, que políticos sean candidatos a presidentes de clubes, de asociaciones y federaciones deportivas, o que dirigentes, ejerzan posteriormente a sus mandatos, cargos en los poderes ejecutivo y legislativo del país. Al contrario, parecía normal.

Consolidado el liderazgo informativo de la Red Erbol en el consciente ciudadano, después de la caída de Gonzalo Sánchez de Lozada, me pareció que había llegado la hora de desenmascarar a los dirigentes que hacían del fútbol sus propios negocios, a través de los clubes, principalmente, y que controlaban sin tapujos y sin ninguna vergüenza, el trabajo de los medios de comunicación deportivos, sean éstos institucionales o privados. Decidían directamente, junto con sus “relacionadores públicos”, cuál o qué periodista podía trabajar, haciendo cobertura de los partidos de la Liga, de la Libertadores, de la Sudamericana o de las Eliminatorias.

Los comentarios de Erbol Deportes contra ese estado de cosas, comenzaron a incomodar a muchos políticos travestidos de dirigentes deportivos y viceversa y éstos no demoraron en reaccionar.

Comencé a pagar mi entrada para ejercer mi labor de comentarista desde la tribuna de general o de las curvas en el estadio Hernando Siles durante los partidos de Bolívar, pues este club fue el primero a quitarme la acreditación, debido a mis cuestionamientos respecto de los manejos económicos en esa institución y a la interferencia del fallecido Mauro Cuéllar en el trabajo de los periodistas.

Después de ese episodio, demoré algunos meses más en el cargo de director de deportes en Erbol, pues, como no veía ninguna reacción o apoyo institucional frente al atropello de Bolívar, presenté mi renuncia al mismo René Zeballos, ya que me pareció, entonces, que aún veían al deporte como una actividad ajena al resto de la sociedad.

Sin embargo, me alegra mucho que 12 años después, Erbol Deportes esté más vivo que nunca. Sobre la parte editorial y su visión cuanto a la relación Deporte y Sociedad, no comento, pues ya no es de mi incumbencia.

Particularmente, creo que, así como la política partidaria merece toda la atención y análisis crítico de parte del periodismo, la política deportiva también debe merecerlo.

Felicidades a Erbol en sus 47 años.      

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