martes, 4 de junio de 2013

EL AUTOGOL DEL “DIABLO” ETCHEVERRY. Y la deficiencia de las “escuelas” de fútbol


Siempre lo dije y escribí que el problema mayor del futbol boliviano es cultural. Atraso cultural.

Cultura como sinónimo de  instrucción, educación y civilización.

La mala formación de todo el futbol boliviano como práctica social y todo su entorno se debe, entonces, a una deficiente formación educativa en lo que refiere al deporte.

Todos los que vivimos en función al futbol boliviano, específicamente, tenemos fallas en nuestra formación.

Deporte no tiene nada que ver con patriotismo, por ejemplo, por lo tanto, cuando creemos que todo lo que es boliviano es bueno, nos equivocamos a priori.

En el fútbol, nadie es mejor por haber nascido en éste u otro país; los que alcanzan destaque es porque entendieron que es preciso evolucionar y profesionalizarse en todos los aspectos relacionados a la pedagogía de la práctica deportiva.

Y como no hay en Bolivia formación profesional, los resultados son  alarmantemente desastrosos.

Todavía creemos que los futbolistas se forman en las llamadas “escuelas de fútbol”, que son, simplemente, escuelas recreativas que no tienen el mínimo criterio pedagógico como para poder advertir cual de los niños matriculados tiene o no condiciones de llegar al profesionalismo. Todos son admitidos y entrenados sin criterio, de igual manera, basta que tengan dinero.

Para esas escuelas, lo mismo es habilidad que técnica. Cuando en realidad las técnicas se las pueden enseñar, pero no así las habilidades, que nascen junto con el individuo.

Y peor, esas escuelas tienen como objetivo “formar futbolistas” y lucrar, pero se olvidan que al autodenominarse “escuelas”, tienen también la obligación de formar ciudadanos.

Prueba de ello son las declaraciones de Marco Antonio Etcheverry, ex jugador hábil con el balón (salido de la “escuela de futbol” Tahuichi Aguilera), hoy ayudante técnico de Xavier Azkargorta,  que demostró ser carente de formación ciudadana e ignorante del significado de la palabra deporte.

"Los venezolanos son buenos haciendo telenovelas y tienen las mejores miss universo...", dijo el llamado “Diablo”, con relación al próximo adversario de la selección boliviana.

Muchos “periodistas” entendieron esas declaraciones como forma de “motivar” (palabra de moda en el periodismo nacional) a los jugadores bolivianos. Ledo engaño, porque en ninguna actividad deportiva se puede pretender alcanzar el éxito deshonrando al adversario.

"Lamentamos las expresiones despectivas salidas del Cuerpo Técnico boliviano. Respetamos al pasado pero trabajamos para el presente", fue la respuesta del joven y exitoso entrenador venezolano, César Farías.

¿Adivinen quién salió disminuido con todo esto?

Ilustración: gentileza del periódico Mundo Hispano


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