martes, 30 de octubre de 2007

La política, la literatura y el deporte, le dan a Brasil la Copa-2014


Esas tres fuerzas de la actividad humana, que tienen vigencia permanente en suelo brasileño, se unieron, defendieron y consiguieron que Brasil sea elegido por la FIFA como sede del Campeonato Mundial de Fútbol-2014.

Lo será después de 64 años, ya que, en 1950, organizó y perdió la final frente a Uruguay por 1 a 2 – escribiendo para la historia el famoso “Maracanazo”.

En realidad, fue apenas confirmado lo que todos ya sabían, porque Brasil era el único candidato, una vez que Colombia había retirado su postulación.

La popularidad del presidente Luís Ignacio Lula da Silva, del escritor Paolo Coelho y del Brasil Penta Campeón Mundial, fueron suficientes para doblegar las exigencias de la FIFA.

Curiosamente, el único que no es popular en Brasil, es el presidente de la CBF - Confederación Brasileña de Fútbol, Ricardo Teixeira, que tuvo y tiene cuentas con la justicia.
El miedo es que Brasil deberá gastar mil 100 millones de dólares solo con la construcción y arreglo de los estadios, que serán administrados justamente por Teixeira.

A propósito, la ausencia de Pelé, desafecto de Teixeira, fue sintomática.
Pero como el “mundo del fútbol” gira entre cuatro paredes, Teixeira consigue reelegirse (como lo hizo varias veces su ex suegro, João Avelange) entre gatos y media noche.

Reto de los mayores para Brasil que, como dijo el presidente Lula, asume como un compromiso de Estado la organización de la Copa.

Brasil tiene condiciones y capacidad de organizar cualquier evento deportivo y utilizar la ocasión para mejorar la vida de millones de brasileños y brasileñas que permanecen aún socialmente relegados y que son, por ironía, siempre, el origen de las mayores conquistas deportivas del país.

Brasil es el único país que ganó cinco vences la Copa del Mundo y participó de todas las ediciones del torneo.

Entonces, nada más justa la decisión de la FIFA.

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