La “nueva” selección de Edwin Sánchez es una verdadera incógnita.
Nuevamente los jugadores serán “juntados” a última hora y se viajará para un compromiso internacional.
La esperanza que queda es la capacidad de conversación del entrenador nacional, porque, a rigor, en tres días de trabajo nada se puede modificar, de todo lo que los convocados pueden ser capaces.
Algunas opciones de posicionamiento, nociones de cobertura, movilización y nada más; eso es lo único que Sánchez puede entrenar.
A no ser que el técnico sea mago o que los adversarios estén en malas condiciones físicas y técnicas (como en África del Sur), nuestras chances de victoria son mínimas.
Cada vez me convenzo más que en el fútbol no hay mejores, lo que sí hay son peores.
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