El miércoles pasado, en pleno Maracaná, la asistente Ana Paula Oliveira (foto), marcó mal una posición adelantada del jugador Zé Roberto (Botafogo) cuando su equipo ganaba 1 x 0 frente al Figueirsense, valiendo un lugar en la fin al de la Copa do Brasil, que da al campeón la posibilidad de participar en la Libertadores.
Ante la falla técnica de Oliveira, la Comisión Nacional de Arbitraje la suspendió como debiera ser siempre en estos casos, en cualquier parte del mundo.
Sin embargo, la situación abrió una discusión “machista”.
¿Las mujeres entienden de fútbol?
Muchos, como el vice-presidente del Botafogo, Carlos Augusto Montenegro, entienden que no.
El entendimiento del fútbol, creo, no es patrimonio de los hombres.
Y las mujeres, como todo ser humano, pueden cometer errores, inclusive como los de Ana Paula, que hizo con que Botafogo dejara de ganar más de un millón de dólares, cuantía que se le pagaría por pasar a la final del torneo brasileño.
Mujeres y hombres deben pagar por sus errores, nada más.
Ante la falla técnica de Oliveira, la Comisión Nacional de Arbitraje la suspendió como debiera ser siempre en estos casos, en cualquier parte del mundo.
Sin embargo, la situación abrió una discusión “machista”.
¿Las mujeres entienden de fútbol?
Muchos, como el vice-presidente del Botafogo, Carlos Augusto Montenegro, entienden que no.
El entendimiento del fútbol, creo, no es patrimonio de los hombres.
Y las mujeres, como todo ser humano, pueden cometer errores, inclusive como los de Ana Paula, que hizo con que Botafogo dejara de ganar más de un millón de dólares, cuantía que se le pagaría por pasar a la final del torneo brasileño.
Mujeres y hombres deben pagar por sus errores, nada más.
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