Calculista, Ángel Guillermo
Hoyos logró lo que quería.
Fue nombrado el nuevo
entrenador de la selección boliviana de fútbol.
Su renuncia al mismo cargo
en Oriente Petrolero no fue un acto suelto.
Tuvo tiempo de preparar su
ponencia frente la Comisión Seleccionadora y confirmó lo que estaba previsto.
De los tres candidatos, era
el único sin vínculos de trabajo.
No sé si este factor fue
determinante o si su plan de trabajo realmente es el más indicado para la
realidad boliviana.
Por primera vez, el entrenador de la selección boliviana no será solo él, el responsable por logros y/o fracasos, los hombres que lo eligieron serán igualmente.
Ahora, señor Hoyos, basta de
retórica y a demostrar que, como usted lo dijo, el fútbol boliviano puede
caminar hacia adelante.
La pregunta es: ¿con qué
materia prima?
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