Cada país tiene una cultura diferente, inclusive en el deporte.
Y es bueno intentar copiar las cosas buenas de esas culturas, para
mejorar la nuestra.
En Brasil, desde los partidos de barrio, las llamadas “varzeas” (o
potreros, para utilizar un argentinismo) hasta los partidos de la Copa do
Brasil, pasando por todas las categorías, hay costumbres y comportamientos
dentro de los campos de juego que ayudan mucho a vencer partidos. Uno de ellos
es el llamado “está cero a cero”, que no es nada más y nada menos que la
palabra de orden para que un equipo continúe jugando con la misma disposición
táctica y, sobre todo, física, aun que haya abierto el marcador, a procura de
la victoria final.
Al tener la idea de que el juego está empatado sin apertura de goles,
los equipos continuarán buscando la apertura del marcador, en un comportamiento
motivacional conjunto, que impide la caída de producción, evitando acomodarse intentando garantizar el uno a cero.
Eso fue justamente lo que pasó con Universitario de Sucre, frente al
Tigres de México.
Los dirigidos por Julio César Baldivieso abrieron el marcador al minuto
del partido (Gonzáles) y después de ello fueron cayendo de producción, en un
comportamiento típico del fútbol boliviano.
Faltó la palabra de orden “está cero a cero”.
El segundo tiempo fue totalmente a favor del Tigres que, aprovechando serias
deficiencias de posicionamiento en la defensa de los locales, volcaron el
resultado (Esqueda, a los 55´, y Álvarez, a los 62´) venciendo por 1 x 2.
El resultado coloca en dificultades
a Universitario que devolverá la visita al Tigres, el próximo 5 de mayo.
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