De nuestra conversación con el ministro de los
Deportes Tito Montaño, anoche en el programa
Tarjeta Verde, de Televisión Universitaria, tres constataciones muy importantes.
La primera, que los dirigentes del deporte boliviano,
precisamente la Federación Boliviana de Fútbol (FBF) y del Comité Olímpico
Boliviano (COB), no tienen la mínima buena voluntad de cambio para el deporte
nacional, pues, ninguna de esas entidades respondió el documento enviado por
esa secretaría de estado con el anteproyecto de la nueva Ley del Deporte.
Siquiera las secretarías departamentales y municipales
de deportes se manifestaron.
La segunda, es que todos los actores del deporte
nacional, inclusive las entidades representativas de los periodistas deportivos, demuestran una hipocresía única con
su discurso de que “es necesario cambiar la estructura del deporte boliviano”,
pero en el momento de actuar, todos
meten la cabeza debajo de la tierra. En el fondo parece que todos defienden el corporativismo y nadie quiere cualquier cambio.
El primer plazo para que todos hagan sus observaciones
y/o concordancias con la nueva Ley del Deporte, venció el 22 de enero y nada.
La tercera, que el gobierno se muestra condescendiente, al ampliar el plazo hasta el
14 de febrero, después de esa espera, el anteproyecto será enviado a la nueva
Asamblea Plurinacional para su análisis, discusión y aprobación.
Y, ahí, todos tendrán que actuar bajo las nuevas leyes nacionales para el deporte.
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