Al irse a un equipo de Ecuador, Quinteros había señalado la real dimensión del fútbol boliviano. |
El nombramiento de Gustavo Quinteros como entrenador de Ecuador debe
llamarnos profundamente la atención y ayudarnos a entender cuán minúsculas son
las posibilidades de nuestro fútbol en el ámbito internacional.
El argentino-boliviano, jugó en The Strongest y en la selección
boliviana, hizo sus primeras armas como entrenador en el país y fue campeón con
varios equipos nacionales.
En cierto momento, ya con un importante equipaje de conocimientos, dejó
la selección boliviana, prefiriendo un equipo ecuatoriano.
Y es ahí justamente de donde debe partir nuestra autoevaluación y
nuestra autocrítica.
Porque, tal vez sin querer, Ecuador, al contratar a Quinteros, nos demostró nuestra verdadera
dimensión.
Y debemos ser realistas y humildes para aceptar que nuestra selección se
equivale apenas y exactamente a un buen equipo del orden sudamericano, tanto
futbolística como económicamente.
No tenemos cómo competir con otros países en ningún orden.
Para formar una selección, los otros países tienen más recursos humanos
y económicos. Tienen una formación educacional más avanzada e inter ligada con
la práctica deportiva. Tienen un soporte económico más sólido, que independe
del estado.
Quinteros, para formar la selección ecuatoriana, tendrá por los menos
tres futbolistas para cada posición. Mientras que en Bolivia, mal encontramos
una persona para los once puestos.
Quinteros, para trabajar como seleccionador de Ecuador, tendrá todos los
meses 150 mil dólares en su cuenta bancaria. Mientras que en Bolivia le
depositaban 10 mil dólares al mes, cuando lo hacían.
Señores, o aprobamos la nueva Ley del Deporte en Bolivia, o
continuaremos asistiendo la Copa del Mundo por televisión y viendo nuestros
campeonatos con futbolistas mal pagados (cuando les pagan) y bordeando la jubilación.
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