En el camino casi siempre
tortuoso de recomenzar, está el partido de hoy para Bolívar.
El escollo a vencer se llama
Defensor Sporting, del Uruguay, y el juego es por la Copa Sudamericana, a las
17h30, en el estadio Siles, en La Paz.
Al entrenador Eduardo
Villegas le queda esperar que sus jugadores se entreguen totalmente y vayan en
procura de la goleada que necesitan (cuatro goles de diferencia) para pasar a la
próxima fase.
¿Es posible? ¡Claro que sí!
Si los uruguayos lo hicieron
de locales, ¿por qué no la Academia?
Pero, en realidad, creo que para Bolívar, más que la clasificación, jugar bien y conseguir la victoria es
necesaria para seguir caminando, con más tranquilidad.
Porque, independientemente
de pasar a la próxima fase de la Sudamericana, Bolívar tiene el torneo local y,
próximamente, la Libertadores, dos competencias en las que, sí, debe demostrar
el conjunto que ahora está formando.
Las equilibradas
declaraciones de los dirigentes y jugadores de Bolívar, con relación al
entrenador Eduardo Villegas, significan un avance en la comprensión de lo que
es el deporte, actividad que requiere entender que el respeto al adversario es
primordial.
Porque el contrincante también busca vencer.
Obvio que la hinchada, por
pasión, no entiende esta razón.
Está en su derecho.
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