En gran partido, el Bayern alemán venció al
Chelsea inglés, en los penales.
Gran partido, digamos, hasta el primer tiempo
del alargue.
El segundo tiempo del alargue fue un verdadero
anti fútbol, porque, literalmente, los alemanes jugaron dentro del área penal
de los ingleses, lo que me sorprendió, pues el equipo de Mourinho no reaccionó
y el entrenador no hizo nada para salir del asedio.
Independientemente de la calidad del juego,
técnico y ofensivo de ambos equipos, en el tiempo normal, los entrenadores del
mundo (que ciertamente tenían la obligación de asistir por TV) deben aprender
la lección de cómo NO se debe
defender un resultado ventajoso y definitorio.
Chelsea parecía un equipo menor, por tímido, y
rechazando los balones a donde sea y defendiéndose en su área penal, un verdadero
absurdo.
Las escenas del arquero alemán jugando todo el
segundo tiempo de alargue en el círculo central del campo de juego apoyando a
su ataque, entraron para la historia.
El castigo para el Chelsea, claro, tenía que
llegar, y llegó faltando dos segundos para el final del cotejo (foto).
Y en los penales, también Baryern fue más
competente.
Porque no existe esa historia de “lotería de
los penales”.
En cobranzas de penales, el arquero tiene que
intuir a dónde será lanzado el balón y el delantero, con más responsabilidad,
debe escoger un canto y patear sin cambiar de idea al medio camino.
En fin, lecciones que un gran partido siempre
deja.
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