La historia, la tradición y la hinchada, forman
parte de la importancia de un club deportivo.
Entre Flamengo de Río de Janeiro y Sport de Recife, por ejemplo, hay una distancia
enorme en esos tres aspectos, pese a que los de Recife, en el contexto
nordestino brasileño, adquieren relevancia.
Sport de Recife es un club regional, Flamengo es un club nacional.
Es infinitamente más probable que un hincha de
Sport sea también hincha de Flamengo, pero lo contrario es casi imposible.
Flamengo es el club que más hinchada tiene en
Brasil (dicen que 35 millones) precisamente porque tiene hinchas en todo el
país y no simplemente en Río de Janeiro. Solamente el Corinthians paulista (30
millones de hinchas) se acerca al fenómeno carioca.
En ese contexto, es natural que las ganancias
de los jugadores flamenguistas sean proporcionalmente mayores a los que perciben los atletas del Soprt.
Todo eso para decirles que el Alejandro Chumacero
ganará en un año, lo que Marcelo Martins Moreno gana en un mes.
Dos bolivianos con suertes diferentes.
El rubio volante percibe 18 mil dólares y el
erguido delantero recibe 250 mil – al mes, claro.
Todo sin contar derechos de imagen y otros
inventos del marketing deportivo.
Si de consuelo sirve para Chumacero, le paso el dato de que Marcelo Moreno comenzó su périplo en el fútbol brasileño justamente en la región nordestina de Brasil.
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