Si las heridas que está sufriendo el fútbol profesional de La Paz se agudizan, los equipos del resto del país también sufrirán las consecuencias.
¿Alguien se imagina un torneo nacional sin Bolívar o The Strongest?
Si estos dos clubes no pueden disputar los torneos internacionales en la ciudad de La Paz, ¿qué gracia tendrá que disputen los torneos de la Liga?
Los equipos cambas y los paceños son como marido y mujer, no pueden vivir separados, a pesar de las peleas. Se necesitan los unos a los otros. Si no la familia no existe.
Definitivamente, los dirigentes del fútbol internacional no ven más allá de sus narices, o, mejor decir, solo ven el color verde de los dólares.
El famoso fair play se está yendo al diablo. ¿O será que aún hay gente que acredita en el juego limpio?
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