La FIFA, después de un informe médico, decidió mantener el veto a los estadios que se encuentran a más de 2.750 metros sobre el nivel del mar.
Creo que la única entidad que puede modificar esta decisión es la Conmebol, que agrupa a las federaciones de Sudamerica.
Pero desde que vaya con una posición unida y unánime de defensa.
Por eso, repito la carta a la FIFA publicada en este blog el 26 de octubre de 2007.
Ahora la dirijo a la Conmebol
Señores mortales que tienen el poder de determinar dónde y cuándo se debe practicar el fútbol.
Antes de decidir a respecto de la prohibición de que Bolivia dispute los juegos de eliminatorias a las copas del mundo en la ciudad de La Paz, no se olviden que el fútbol es una actividad aglutinadora, por lo tanto, cualquier decisión en nombre de este deporte, debe ser tomada con base a un análisis sociológico antes de privilegiar intereses económicos.
Recuerden que si consuman la medida discriminadora contra las ciudades que existen arriba de los 2.500 metros sobre el nivel del mar, estarán contribuyendo, en el caso específico de Bolivia, para que la división de este país llegue a contornos muy peligrosos.
No olviden, o, mejor, sepan que la FIFA, al quitar a La Paz la sede natural de los juegos de la selección mayor de fútbol, estará contribuyendo para la consumación de una maquiavélica conspiración interna contra esta histórica ciudad, a la cual quieren privarle también de su legítima conquista de ser sede de gobierno.
Sepan que después que un campesino semi analfabeto, Evo Morales, asumió la presidencia de la república de Bolivia, se inició una odiosa conspiración contra el departamento de La Paz, como si delito fuere tener una población mayoritariamente campesina.
Sepan, señores de la Conmebol, que al darle una “muerte internacional” al estadio Hernando Siles de La Paz, ustedes se estarán alineando a siniestros personajes bolivianos y extranjeros, que desean la división del país para mantener sus privilegios y continuar viviendo fuera de la ley.
Sepan, señores de Asunción, que si aprueban el veto a la altura, ustedes estarán contribuyendo con la gente que tiene sed de venganza contra el departamento de La Paz por el único hecho de que el histórico “Palacio Quemado”, casa de gobierno, se encuentre en esta ciudad, recinto que abrigó en varias épocas de la historia boliviana, a presidentes oriundos del oriente boliviano, región en donde se abrigan hoy, personajes que vivieron la bonanza económica durante administraciones de presidentes dictatoriales, nacidos justamente en esa región.
Señores de la Conmebol, con el veto a la altura, no solo estarán vetando que la pelota ruede libremente por el gramado del estadio Siles, estarán vetando también la posibilidad de que los bolivianos se reencuentren entre sí, que la nación tenga una oportunidad más para vivir en paz con todas sus diferencias étnicas, consecuentemente culturales.
Sepan señores de la Conmebol que el 80 por ciento de los jugadores de fútbol que militan en los clubes de La Paz, son oriundos del oriente boliviano y en esta ciudad es donde ganan el pan para sus familias.
¿Ya se imaginaron, señores de la Conmebol, si se consuma un boicot en el occidente, a productos fabricados en el oriente boliviano, incluyendo la carne?
¿Dónde venderían esos productos del oriente y en dónde jugarían los jugadores de esa región?
Piensen bien, señores de la Conmebol.
El veto a la altura se constituirá en parte de la conspiración contra el departamento de La Paz y las consecuencias serían impredecibles.
Con ello, los conceptos filosóficos del Fair Play serán echados a la basura.
El veto a la altura, es una medida socialmente discriminadora.
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