Marco Peredo (al centro de negro), puede perder a todos sus acompañantes del directorio recién jurado en la Liga. |
Primer gran problema para el
nuevo presidente de la Liga del Fútbol Profesional Boliviano, Marco Peredo: caminar
junto a lo legal o a lo ilegal.
Esto porque el secretario general
de esa entidad, Freddy Tellez, declaró que la Liga tiene autonomía y que no
aceptará y acatará las determinaciones de la Federación Boliviana de Fútbol
(FBF), que observó la elección de los dirigentes de la Liga.
Tellez debiera saber que
para llegar a cargos dirigenciales, los aspirantes para tanto, deben cumplir
requisitos en tiempo y lugar.
Acontece que Peredo, aparte
de ser presidente de la Liga, es vicepresidente de la FBF.
Y como viejo dirigente, Peredo
sabe (o debiera saber) que, para subsistir,
la Liga depende de la Federación, única entidad reconocida por la CONMEBOL y por la FIFA, como representante del fútbol boliviano.
Por lo tanto, la Liga y todos
los equipos a ella afiliados, deben atender toda y cualquier observación emanada
desde la Federación.
Si existe una actividad social
en el mundo donde no hay un mínimo de autonomía, como pretende inventar el
secretario general de la Liga, esa actividad de llama fútbol.
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