Ochenta por ciento de los clubes de la Liga del Fútbol
Profesional Boliviano están en la falencia.
No tienen dinero para funcionar, deben sueldos a los
jugadores y administrativos y no poseen recursos siquiera para viajar de una
ciudad a otra para cumplir sus compromisos.
Y viajar no solo significa pasajes, hay la
alimentación y los viáticos.
No fuese el estado boliviano que pone a disposición
todos sus estadios, simplemente estos clubes no tendrían dónde disputar sus
campeonatos.
Pero, así mismo, hacemos de cuenta que tenemos fútbol
profesional.
Los únicos que ganan dinero son el presidente de la
Federación Boliviana de Fútbol, Carlos Chávez, y ciertos presidentes de los
clubes quebrados, que lo apoyaron y votaron en él. Dinero ese proveniente de la
Conmebol, cuyos dirigentes reciben apoyo y votos de las Federaciones como la
boliviana, dígase Carlos Chávez.
Un verdadero círculo vicioso que está matando al
fútbol sudamericano, inclusive brasileño y argentino.
El hecho de que programas deportivos de radio y
televisión presionen para que el fútbol continúe, a pesar de la quiebra, es que
estos programas también tienen lucros
garantizados por medio de la publicidad, cuando, lo cierto, es ser coherentes
con su discurso de que es necesario “cambiar las estructuras” del balompié
boliviano.
Creo ser necesario parar el Torneo Apertura de la Liga del Fútbol "Profesional" Boliviano ahora, para rayar la cancha nuevamente, renegociar contratos con los jugadores y pagarles de acuerdo a la realidad boliviana.