Serán dos años de disputas como visitante y otras como local.
Hace dos jornadas comenzó el Mundial Brasil-2014 para Bolivia y los otros países.
Otra cosa es jugar las instancias finales en territorio organizador de la Copa.
Creo que debemos aprovechar estas Eliminatorias para participar con dignidad y apoyar al equipo nacional.
Soy consciente de que en 1994 la satisfacción fue mayor cuando clasificamos a la copa de EEUU, pero soy más consciente de que en esa ocasión llegamos al país del norte y volvimos sin pena ni gloria. Nada más que eso.
Deporte significa competición entre adversarios ocasionales y contra la naturaleza.
Y eso el fútbol boliviano lo está haciendo. En este deporte se gana, se pierde o se empata. Es la consecuencia natural, lo importante es que se entre para ganar. Otro resultado será digno si se lo hace con entrega personal y colectiva y, sobre todo con respeto al adversario.
La diferencia entre pasión y razón
Durante los minutos finales del cotejo y frente a Colombia y al resultado desfavorable, el público comenzó a gritar “¡¡¡Fuera Quinteros!!!” y llamaba el nombre de Baldivieso.
El hincha del fútbol es sinónimo de: hinchar, inflamar, exagerar, deformar. Y como paga ingreso, tiene el derecho al reclamo. Pero quien inflama, exagera, deforma e hincha, ciertamente no tiene razón.
Baldivieso está comenzando una nueva carrera y solamente a través de triunfos y victorias podrá colocar su nombre como candidato a entrenar a la selección. Antes, creo que tiene que mejorar su imagen que aún queda de su época de jugador de fútbol y concientizarse de que uno de los requisitos en el mundo futbolístico de los entrenadores es el de respetar el trabajo de los colegas.
Nadie puede jugar con el sentimiento colectivo y presionar para ser tomado en cuenta. No es ético ni prudente, porque se corre el peligro de terminar una posibilidad profesional antes mismo de ésta comenzar.
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