Para los pobres clubes bolivianos de futbol, no hay
alternativa.
Su elenco es tan reducido que hay un desnivel marcado
entre los jugadores de un mismo equipo, desnivel que se puede ver, resumido, en
la planilla de sueldos.
Las diferencias entre habilidad y condición física entre
jugadores de un mismo equipo, es un enemigo interno que conspira contra el buen
desempeño futbolístico de clubes profesionales bolivianos en juegos dentro y
fuera del país.
Por eso es que en Bolivia todavía se divide a los
jugadores entre “titulares” y “suplentes”; “equipo titular” y “equipo
suplente”, cuando, en realidad, todos los jugadores con contrato firmado, debieran
estar en el mismo nivel, en todos los sentidos, respetando simplemente sus diferencias
en lo que se refiere a las habilidades, pues no se nace con las mismas .
Al contrario de lo que sucede en otros países, es normal
que equipos nacionales pidan postergación de juegos en los torneos locales
“debido a compromisos en la Libertadores y/o Sudamericana”, lo que redunda en
el incumplimiento del calendario.
Esa disparidad entre los jugadores de un mismo equipo
profesional, hace con que los entrenadores del futbol boliviano tengan que
pedir a sus principales jugadores que se cuiden en los partidos de la Liga, “porque
tenemos un juego importante por la Libertadores o sudamericana”.
Y para no lesionarse, pues ningún jugador desea
perderse un compromiso internacional, los “titulares” juegan “a medias” evitando
disputar os llamados balones divididos y “tirando el pié” en jugadas que pueden
decidir resultados finales.
El ejemplo, calientito, es la derrota de San José (1)
para el Bolívar (2) en pleno miércoles de ceniza.
Horas antes del partido en Oruro, apunté que San José “se
cuidaría” y el resultado me dio la razón.
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