Había dos hinchadas en el estadio y ambas
portaban productos inflamables, agresivos, peligrosos. Alguien de la hinchada
brrasileña accionó el señalizador y mató a Kevin Beltrán Espada, de 14 años,
hincha de San José, en plena general del estadio Jesús Bermúdez. La persona
asesina ciertamente aparecerá.
Pero el episodio debe convencernos de que en
Bolivia estamos accionando permanentemente señalizadores que nos indican
culpabilidad de todos los que estamos de cierta forma ligados al futbol, porque
venimos fomentando actividades que bordean la marginalidad ejercida por las llamadas
barras bravas o hinchadas organizadas.
1.
Los
dirigentes del futbol, porque impulsan
las actividades de esas organizaciones por medio de la entrega de ingresos
gratuitos a los estadios y atienden a sus pedidos y chantajes, inclusive para
viajes.
2.
La
policía por no estar preparada profesionalmente para actuar en eventos deportivos
con público cargado de emociones
permanentes.
3.
Las
autoridades de gobierno, por no entender que el futbol es de interés público y
por no implementar políticas destinadas a garantizar los derechos de las
personas asistentes a los estadios.
4.
Los
jugadores, por entender que deben y tienen que conmemorar sus goles junto a los
alambrados en donde esos hinchas cuelgan sus mensajes agresivos y de un mal
gusto alarmante, con el único objetivo de ganarse su simpatía.
5.
Y
los periodistas, por pedir a los clubes entradas para los partidos de futbol destinadas
a sortearlas entre los hinchas, lo que no deja de ser una compra de audiencia; por dar cobertura a las barras bravas, pese a
que el comportamiento de estas organizadas es frontalmente contrario al concepto
de deporte; y por no fiscalizar ni denunciar el comportamiento antideportivo.
6.
¿Faltó
alguien¿ Ah, sí, la propia hinchada que se sujeta a ser inocente útil de
personas inescrupulosas que viven como “hinchas profesionales” y que manipulan
sentimientos para sus propios intereses.
Con ello, estamos fomentando la existencia de
barras bravas que riegan odio y agresividad preparando ciudadanos que a van a
los estadios con otros objetivos que no
precisamente asistir a un espectáculo deportivo.
Texto originalmente escrito y publicado en www.late.com.bo
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