La “Gaviões da Fiel”, barra brava del Corinthians,
ya encontró la forma de intentar librar su propia reputación y liberar a los 12
de sus miembros que se encuentran presos en la cárcel de San Pedro en Oruro.
Mañana, día lunes, 25
de febrero, presentará a la justicia, en São Paulo, a H.A.M., un joven de 17 años, que
se declarará culpable de haber sido el que disparó el señalizador que mató a
Kevin Beltrán Estrada, de 14 años, en el estadio Jesús Bermúdez, durante el
partido entre San José y Corinthians, por la Copa Libertadores de América.
La historia preparada preparada por Ricardo Cabral, aborado del menor, en conjunto con
abogados de la “Gaviões” y que el menor contará mañana en São Paulo, dice que él compró el señalizador en São Paulo y
que lo llevó a Oruro dentro de la caravana de 4 ómnibus que fueron a Oruro.
Punto central de la declaración será de que “él accionó accidentalmente el señalizador (cosa imposible, ver aquí post anterior) y que ningún dirigente de la “Gaviões”
sabía que llevaba ese instrumento” que mataría a Kevin.
Los dirigentes de la barra brava brasileña esperan
que, al declararse culpado y por ser menor de edad, el joven hincha del Corinthians
y miembro de la “Gaviones da Fiel” no sea detenido y al mismo tiempo que las
autoridades bolivianas liberen a los presos.
Recordemos que por las leyes bolivianas, las personas dejan de tener inmunidad civil a los 16 años y por lo tanto, para que tenga efecto la estratégia de los abogados de la "Gavões", el menor H.A.M., tendrá que presentarse a la justicia en Bolivia, lo que le valdría una pena de hasta 25 años de prisión.
Me parece que la intención es clara: que los hinchas brasileños sean liberados y que el juicio contra el joven de 17 años (que por las leyes brasileñas no puede ser preso por ser menor de edad) corra en Brasil. La pregunta es si los fiscales bolivianos acreditarán en ese cuento.
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