El arquero de River Plate falló dos veces y San José aprovechó muy bien las
dos ocasiones para marcar los dos goles que le dieron la victoria en el partido
por la Libertadores de América.
Todos esperaban, por lo monótono del encuentro, un cero a cero.
Pero el fútbol es así, gana el que convierte más goles.
En este caso específico, el resultado no debe llevarnos a pensar que los
Santos son superiores a los porteños. Eso no, pese a que una victoria como esas
permite siempre a la hinchada vivir momentos agradables y reconfortantes.
Esa victoria, sin embargo, no puede disimular nuestras deficiencias y
pobrezas.
El hecho de la falta de agua, antes, durante y después del partido, en el vestuario de los visitantes al
estadio Jesús Bermúdez, es de una atrocidad tan monumental, que la victoria
quedó, pienso yo, en segundo plano.
Los responsables deben sufrir las consecuencias, entre las que pueden
estar, sanciones pecuniarias por parte de la Conmebol.
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