El Senado
acaba de aprobar el perfeccionamiento de la legislación deportiva acabando con
las reelecciones interminables de dirigentes en las entidades deportivas y que
se benefician directa o indirectamente de recursos públicos, determinando también que los deportistas participen de los colegios
electorales, como electores, así como exige transparencia en la gestión de las
asociaciónes.
Bien que esa noticia podría haber sido generada
en la Plaza Murillo de La Paz, Bolivia, ¿no¿ Pero, no, fue en Brasil, que después
de mucha presión de atletas y jugadores de fútbol y de otras modalidades, que
el senado aprobó esa medida que pretende acabar con la interminable presencia
de dirigentes en los puestos de comando.
La medida nº
620 ahora irá para la sanción de la presidenta Dilma Rousseff quien, antes de
firmarla, recibirá de parte de la Asociación de Atletas (que incluye a futbolistas)
un proyecto de Política Deportiva que entrará en vigencia antes de la Copa del
Mundo.
Con esa Ley
se moraliza el deporte brasileño y el Estatuto del Hincha adquiere fuerza, acabando
con la idea confusa y premeditada por parte de las entidades deportivas, de que
su autonomía significaba soberanía como si Brasil fuera “tierra de nadie”.
En el caso
específico del balompié, la nueva Ley afectará directamente a la Confederación
Brasileña de Fútbol (CBF), ya que a partir de ahora los jugadores de fútbol
participarán como electores de los comicios para elegir a los dirigentes de las
federaciones que son, al final, los que eligen al mandamás del fútbol brasileño.
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