Mínimamente, los dirigentes de Bolívar y sobre
todo su departamento médico (si es que existe) deben una explicación y
satisfacción a la opinión pública nacional y principalmente a los médicos traumatólogos
bolivianos y sus respectivos nosocomios.
No deseo entrar en el merito de que la opción
de operarse en Argentina fue del jugador Rudy Cardozo, porque si así fuere,
está en su pleno derecho.
La cuestión que se presenta es que el episodio
da a entender que en Bolivia no tenemos ni profesionales, ni instituciones
médicas capaces de realizar esa intervención quirúrgica, lo que sería lamentable
en pleno siglo XXI y, sobretodo, en épocas de total dominio científico en lo
que a cuidados médicos para deportistas se refiere.
Tenemos que convencernos, de una vez por todas,
que avanzar en el deporte en general, y
en el fútbol en particular, no se resume
a colocar un equipo en campo.
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