UN ESQUEMA MULTINACIONAL DE REVENTA DE ENTRADAS
La institución futbolística distribuye a sus
dirigentes, familiares y proveedores de servicios, una cuota estipulada de entradas
para cada partido que el primer equipo juega por el campeonato más importante
del país.
Dentro de la misma institución, existe una persona
(muchas veces empleado del club), una especie de “revendedor oficial”, que les
compra a los dirigentes sus ingresos y se encarga de contactarse con
revendedores públicos (de su extrema confianza) a los que les vende las
entradas gratuitas de los dirigentes, a precios bastante convenientes.
Y quien acaba financiando a esas verdaderas organizaciones
y su actividad fuera de la ley es el comprador final o sea los hinchas, que
compran esas entradas a precios exorbitantes.
Son miles de entradas comercializadas de esa forma fecha
a fecha y las ganancias aumentan, de acuerdo a la importancia de los juegos
clásicos de las ligas, de la Copa Sudamericana y de la Copa Libertadores de
América.
Por eso es que todos desean ser dirigentes en el
fútbol, sobre todo, sudamericano.
Pero, calma, ese esquema es usado en todas las ligas
del mundo, porque su funcionamiento comienza en la propia FIFA, como fue
descubierto en la última Copa Mundial de Fútbol jugado en Brasil este año.
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