Por Juan Manuel del Valle
Cuando el F.C. Barcelona el domingo pasado levantaba la copa Mundial de clubes cualquier periodista pudo preguntarse ¿y ahora que decimos? Ante otra imposición del mejor equipo del mundo y Messi, su crack. Comencemos por Lionel Messi, fuera de serie. Por lejos el mejor futbolista del partido. Abrió y cerró el score del match. Goles con su marca de fábrica. Goles con su sello de originalidad. Inauguró la cuenta con un golazo, sombrero al golero y un defensor frustrado que colaboró en depositar la pelota en su valla. A pasos agigantados y sin pausa el rosarino evoluciona. Y esa evolución le permite, si desea, ganar partidos por sí mismo y colaborar en la empresa con sus compañeros. Colabora en el armado. Si Iniesta es el organizador Lionel no es menos generando. ¿Cuántos pases gol partieron de sus pies? Varios. Como en el taconazo, toque sutil con los toperoles para la conquista de Fábregas, el tercero. Para cerrar su colosal faena con un gol mas facilito por su sencillez. Messi y el equipo. Equipo de toque para buscar el arco rival, aunque la pelota vaya del área rival a la propia y vuelva hacia adelante. Los rivales no se la pueden sacar. No se la pudo sacar el actual y discreto Santos. Aquel Santos de los 60’ fue, cuentan, antecesor, tal vez, de un juego de estas características con Pelé, Coutinho, Dorval Mengalvio y Pepe. Posiblemente, –aclaramos que por una razón generacional no vimos jugar a Santos- el actual barça se distingue en la forma de defender: cuando pierde el balón todos bajan para su recuperación. A la defensa blaugrana se la ataca poco. Guardiola y sus muchachos no te la dejan tocar. ¿Cómo jugaba aquel Santos de Pelé? Para el fallecido periodista uruguayo Emilio Lafferrranderie -fenomenal periodista del El gráfico en los años 60 y 70 -conocido como El Veco, su funcionamiento “radicaba, aparte de la presencia fundamental de Pelé, en su regular generosidad ofensiva”. “Era una ola en ataque y por contrapartida una defensa que dejaba jugar. Por eso sobraban goles y como consecuencia tribunas repletas”, argumentaba. A lo mejor podamos entender algo sobre el juego del actual Campeón del Mundo de clubes y aquel team santista con Pelé, su bandera. El nombre del equipo del puerto paulista invitaba, a la par de los catalanes, a ver el partido final del domingo por la mañana, tempranito. Quizás Messi, Fabregas, Iniesta, Alexis Sánchez, Villa -ausente por lesión- y Dani Alvez son los con Pelé, Coutinho, Dorval Mengalvio Y Pepe de este tiempo. Fútbol lujoso entre Messi y Pelé. El resultado es conocido. 4-0 para la polera blaugrana. Pudieron ser mas. Los campeones de América con Neymar, todavía verde, quedaron reducidos a nada.
Información y análisis crítico sobre el deporte boliviano e internacional por Jorge González
miércoles, 21 de diciembre de 2011
lunes, 5 de diciembre de 2011
LA DIMENSIÓN DE FERREIRA
Por Juan Manuel del Valle
No importa el funcionamiento de su equipo. No importa si juega bien o mal. Tampoco importa si domina o es apremiado por el rival. Eso no interesa. Mientras Bolívar tenga en la cancha a William Ferreira lo demás es secundario. Salvador en momentos difíciles. Siempre saca del apuro a los celestes. Antes y ahora. Como en el clásico del sábado. Indiscutiblemente, la Academia era más equipo. Superaba por tierra, mar y aire a un The Strongest que sigue sin funcionar. Y que juega este tramo final del Apertura, gracias a la goleada conseguida el miércoles ante los suplentes de Oriente Petrolero y a un buen momento futbolístico de Escobar. En esa circunstancia tan favorable faltaba conseguir la ventaja. Y en la primera intervención que le cupo, anotó el único gol del partido con un disparo fuerte, seguro. Tan contundente que fue una puñalada para los atigrados. Triangulación previa que tuvo protagonistas tan claros en Campos y Abdón Reyes –reencontrándose con su nivel-, dos usinas para el oriental pueda, sencillamente, proceder a la definición. ¿Quién se atreve a discutir al artiguense? Es capaz de hacer goles en partidos complicados. También en clásicos. Convirtió 16 y está a la par del peruano Hirano. Y le falta un tanto para igualar en la historia clásica al tarijeño Salinas. En tan solo dos años, Ferreira cimentó una gran carrera en nuestro fútbol. Unánimemente es el actual ídolo del pueblo bolivarista. Gracias a las 84 conquistas logradas desde su llegada, en 2009, desde Defensor Sporting. En una época donde escasea el gol y cualquier delantero de medio pelo es pagado a precio de oro, Ferreira –futbolista mejor pago del celeste- se gana cada moneda que gana. En Bolívar, lo cuidan. Conocen su valía. Su juego es sencillo. Movilidad entre los vértices del área contraria. Se repliega, también, unos metros para asociarse con sus compañeros, conscientes del temerario artillero al cual hay que usufructuar para ganar. Y lo más importante: concreta goles. Muchos goles. Su ausencia en algunos partidos de este año fue lapidaria: los bolivaristas no le hicieron un gol a nadie. Así de concluyente. Es necesario dimensionar a un futbolista que aporta y desnivela por sí mismo. 22 tantos logrados durante el presente años, 16 en este Apertura. No es poca cosa. Es un hombre capaz de ganar un partido por él mismo. En el fútbol boliviano un elemento desequilibrante para el medio. En un presente donde el elemento nacional está empobrecido y hasta su presencia es consumar decepciones como Castillo y Botero. Es goleador. Los goles se pagan en el mundo. Los hinchan lo disfrutan, particularmente los académicos.
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