martes, 8 de septiembre de 2015

JULIO CÉSAR BALDIVIESO Y SU (PREOCUPANTE) ESTILO


El entrenador de la selección boliviana de fútbol, Julio César Baldivieso, asumió el cargo de una forma poco habitual, hasta forzada, apurada, de cierta forma.

Lo que no es bueno. Al contrario, es preocupante.

Bien a su estilo, antes mismo el primer entrenamiento, se eximió de toda responsabilidad con relación al partido frente a la Argentina, declarando que su trabajo comenzará en la preparación para el partido frente a Uruguay, por las eliminatorias.

Caramba, Baldivieso y los que lo acompañan,  sí, tienen responsabilidad en la goleada, desde el mismo momento en que aceptaron viajar y dirigir ese partido.

Otro episodio que preocupa es el que  al volver de los EEUU, después de la humillante derrota (0 x 7), renegó con algunos futbolistas bolivianos, que fueron a intentar intercambiar sus camisetas, a los que criticó públicamente, por ese acto.

Es bueno que Baldivieso sepa que una vez terminado un partido de fútbol, sea cual fuere el resultado, los jugadores deben, sí, saludarse, abrazarse e intercambiar camisetas, como demostración de buena educación, actitud de respeto y para dignificar su profesión. No sé si el entrenador boliviano sabe lo que es el Fair Play creado por la FIFA.

Pero lo que más me preocupa es que, por sus ansias de aparecer, en un comportamiento “marquetero” (de marketing errado), Baldivieso habla para los medios de comunicación, lo que cualquier entrenador profesional lo hace internamente, en lo más íntimo del camarín, directamente al grupo de futbolistas que comanda. Criticar a sus jugadores públicamente, en lugar de unir a un grupo, tiene efectos contrarios.

Para asumir la responsabilidad de dirigir una selección nacional de fútbol, no es suficiente ser ex jugador y demostrar conocimientos técnico tácticos.

Demostrar equilibrio emocional y tener altas dosis de paciencia para las relaciones humanas y, sobretodo, tener real conciencia de lo que es disciplina y exigirla sin ser autoritario, son  características mínimas, básicas.

Porque el entrenador de fútbol es el comandante y sus decisiones y actitudes son determinantes para el éxito o fracaso de un equipo.

Y un comandante es el que demuestra y no manda; es el que no huye a sus responsabilidades; es el que respeta a sus comandados.

Ya estamos en el Siglo XXI y el fútbol es una actividad social de las más importantes en el mundo. Actualizarse y conocerla, es requisito básico para trabajar como entrenador.

Bolivia está donde está en el deporte, porque tiene una cultura deportiva atrasada.

Es bueno que Baldivieso tome conciencia de que su cargo no se limita a montar un equipo y mandarlo a la cancha.

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