Ese tipo de exclusividad no es más que uso de influencias, practica incompatible con el buen periodismo.
Obvio que para un programa deportivo de televisión, la presencia del
entrenador de la selección nacional de fútbol es importante, desde que tenga algo nuevo y de
interés público para decir.
Y nada mejor para eso, tener como gestor de la entrevista al ayudante de
campo del entrenador, y al mismo tiempo, participante permanente del programa
deportivo.
Lo que parece normal, sin embargo, es la muestra cabal de los usos y
costumbres totalmente incompatibles con el buen ejercicio del periodismo en el
deporte boliviano.
No sé si Carlos Fernando Borja seguirá formando parte de referido
programa y, al mismo tiempo, trabajará, remunerado, en la selección boliviana
de fútbol.
Espero que no, porque sería el puente directo de la información
privilegiada para el referido programa, contraproducente en todos los sentidos
para la democratización de la información.
Con todo respeto, así como lo escribí cuando Carlos F. Borja era vice
ministro de deportes, creo que los dos cargos, simultáneamente, no condicen con
la ética que estamos precisando para el fútbol boliviano.
Pero como en Bolivia todo se puede, la muñeca y la influencia continúan siendo el carro jefe de la
información.
Lo que es muy lamentable.
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