sábado, 6 de junio de 2015

BARCELONA, CAMPEÓN DE LA CHAMPIONS

Gerrard Piqué, el mejor del Barcelona en la final.
Paul Pogba, el mejor de la Juventus en la final.

Muchos esperaban ver a Messi, Neymar, Suarez, Tevez, Pirlo, Iniesta, Buffon, etc. como destaques de una final digna de verse.

Pero, sinceramente, en la final,  vi a dos obreros que, aparentemente, están en sus equipos para defender, solo en apariencia: Piqué, zaguero del Barcelona, y Pogba, volante de la Juventus.

Los dos, tan limpios en la marca, como en el volumen de ataque.

Son cosas que solamente uno puede ver en los grandes clubes.

Ambos, representan lo que realmente son Juventus y Barcelona: equipos bien conformados.

Digamos que la conquista justa para Barcelona, es por el conjunto de la obra y porque en Berlín volvió a mostrar su enorme capacidad para poseer el balón y darle el camino adecuado, y por la velocidad con que consigue transformar la buena marca en un excelente contra ataque.

La Juve, que a priori era menos, demostró que no había llegado tan lejos por acaso; por el contrario, dividió el respeto y consideración de los que vimos el partido, demostrando una gran capacidad de marca, disciplina táctica y un ataque, menos espectacular, pero, igual, contundente.

Barcelona fue campeón de la Champions, con autoridad y justicia, por todo lo que hizo a lo largo del torneo.

Juventus hizo nada  más que valorizar mucho más la conquista Catalana.

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