Al dejar partir
al entrenador Ángel Guillermo Hoyos, los dirigentes bolivaristas
demostraron
que el futbol nacional continua patinando sin avanzar absolutamente nada.
Por el contrario dieron un (o muchos) paso atrás. No percibieron que uno de los males del futbol boliviano es la falta de jugadores y no el cambio de entrenadores.
En el futbol boliviano todos hablan de “proceso” y de “proyecto”, pero pocos, por lo que demuestran, saben el significado de esas dos palabras.
Es bueno decir que en el futbol no existen procesos y proyectos de uno, dos o tres años apenas. Los resultados solamente llegan después de 5 años (o más) de trabajo continuo; y para que esos procesos y/o proyectos den resultados positivos es necesario que los entrenadores permanezcan en sus cargos y vayan formando equipos con base a jugadores experimentados y, necesariamente, salidos de las divisiones inferiores.
Por ello, los procesos y/o proyectos precisan tomar siempre en cuenta a las divisiones inferiores de cada institución, pero…bueno, hablar de divisiones inferiores en Bolivia, es utopía.
En tiempo,
debo aclarar que cuando me refiero a los dirigentes bolivaristas encabezados por el presidente Guido Loayza, (a la izquierda en la foto), lo hago
simplemente en el sentido figurado, porque es bueno recordar que quien da la
primera y última palabras, es el empresario ensamblador de teléfonos celulares,
Marcelo Claure (a la derecha en la foto), que vive en EEUU y que se compró a Bolívar a precio de banana.
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