Pasa un año, entra otro; termina un campeonato,
comienza otro, y la cosa continua la misma.
Digo cosa, porque no encuentro otra
palabra para calificar lo incalificable.
Primero, los clubes de la Liga, irresponsablemente, firman
contratos con cifras económicas que nunca cumplen.
Segundo, FABOL (Futbolistas Asociados de Bolivia), que
no tiene dentro de sus negociadores a ningún jugador en actividad, espera que
los torneos estén prestes a comenzar, para presionar, actuando de una forma irresponsable
y poco ética.
Tercero, los “pilatos” de la Federación se lavan las
manos.
Lo que más llama la atención es que los dirigentes de
la Federación, de la Liga y de Fabol, son los
mismos hace muchos años, o sea, el problema ya se hizo personal y no
institucional. ¿No hay renovación en la dirigencia de esas entidades?
A ello se suma la inoperancia e intransigencia de los
abogados de clubes, sobretodo el de Oriente Petrolero (sinceramente no recuerdo
su nombre y no me parece necesario), que año tras año viene fustigando a la
dirigencia de la Federación y de la Liga, colocando los intereses (a veces no
concretos) de su club, por encima del fútbol nacional.
Uno de los asuntos que están por impedir el inicio del
torneo Apertura y que fue colocado por FABOL encima de la mesa, es una deuda
que tiene Oriente Petrolero con su ex entrenador Erwin Sánchez.
Me pregunto: ¿qué
tiene que ver FABOL (que debiera representar a los jugadores en actividad) en una deuda de un club
con un entrenador? Ese es un asunto para el Ministerio de Trabajo, si es que
hay un contrato registrado (lo que dudo), ministerio ese que debería cuidar
también del atraso de sueldos de los
clubes con los jugadores.
O sea, en el fútbol boliviano, está todo mezclado, no
hay normas, no hay respeto y, lo peor, no hay ética. Todos hacen lo que quieren;
acreditan en sus propias razones e intereses.
¿A propósito, en dónde está la Ley del Deporte?
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