El secreto
del Tigre es la solidaridad, el conjunto y tres jugadores veloces e irrequietos
en el medio sector: Chumacero, Escobar y Nelvin Soliz. Y los tres llegan con la
misma desenvoltura al ataque, encarando y, cuando necesario, gambeteando al
adversario. Resultado, el Tigre tiene una defensa que sale siempre apoyando al
medio sector y un ataque en permanente rotación. Así de simple.
Merecidamente
es el líder con 30 puntos.
Por la
noche, Bolívar ganó a su visitante, Blooming (1 x 0), sufriendo y sin ningún
encanto. Su hinchada salió del Siles molesta y consciente de que el único gol
fue un regalo de la defensa camba.
Un equipo
que juega como local, no se entiende cómo coloca en el medio sector a tres jugadores
cuya mayor virtud es la marca, pero no la llegada adelante: Flores, Miranda y
Justiniano. Puede ser que su entrenador entienda que para apoyar y crear están
tres zurdos cuya mayor virtud es la habilidad: Lizio, Cardozo y Jazmanhi,
nosotros también entendemos, pero
jugadores que solo marcan, se marcan solos y jugadores que gambetean durante
todo el cotejo por los mismos sectores, sin cambios posicionales, son presas fáciles de marcar. Resultado, Bolívar
es un equipo previsible, sin sorpresas y sin alegría.
Faltó poco
para Blooming empatar, lo que hubiera provocado una crisis mayúscula en Bolívar.
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