Entonces, me pregunto: ¿Para qué servirá el viaje de
la selección para jugar el partido amistoso acordado con su homóloga vasca en
el estadio Anoeta de la ciudad de San Sebastián?
La capacidad técnica y táctica de los jugadores
convocados para ese “tren de la alegría” de Azkargorta es por demás conocida, y
creo que el entrenador tiene la obligación de saber su real potencialidad.
Entonces, me parece que ese viaje es simplemente para
atender un compromiso personal que Azkargorta asumió con la selección de la
tierra que le vio nacer.
El episodio demuestra que el vasco realmente tiene
poder y dominio sobre los dirigentes bolivianos.
Lo que no sé es si la Confederación Boliviana de
Futbol tiene dinero para gastar con ese caprichito del entrenador, a no ser que
los españoles estén compensando con un fuerte pago por el encuentro, cosa que
hasta ahora no fue explicada ni transparentada.
Para atender ese compromiso, los jugadores llamados sacrificarán
sus vacaciones estipuladas por ley, por imposición de los dirigentes de FABOL, su
agremiación, entidad que también recibirá algún dinero que no se sabe a donde será
destinado.
Los convocados
Porteros: Sergio Galarza, del Blooming y Carlos Arias,
del Oriente Petrolero; defensores: Gabriel Valverde, del Bolívar; Edward
Zenteno de Wilstermann; Rony Jiménez, de Real Potosí, y Luis Méndez del The
Strongest. Centrocampistas: Diego Bejarano y Walter Veizaga, del The Strongest;
Pedro Azogue y Alejandro Melean del Oriente Petrolero; Rudy Cardozo y Jhasmany
Campos, de Bolívar; y José Luis Chávez, de Blooming. Delanteros: Carlos Saucedo,
de San José; Alcides Peña y Gualberto Mojica; de Oriente Petrolero; Ronald
Segovia, de Blooming y (sorpresa) Vicente Arze, del Sporting Charleroi del Charleroir de Bélgica.
La selección de Azkargorta viajará a España el 26 de
diciembre próximo y jugará tres días después contra el conjunto vasco.
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