jueves, 9 de agosto de 2012

LOS CHINOS SE PREGUNTAN SI VALE LA PENA SU “MÁQUINA DE MEDALLAS”

El corresponsal de la Folha de São Paulo en China, Fabiano Maisonnave (a quién conocí en La Paz cubriendo la caída de Gonzalo Sánchez de Lozada), cuenta el drama de los ciudadanos chinos que representan al país en los Juegos Olímpicos de Londres.

Hay atletas que no tienen contacto con sus familiares hace más de dos años como es el caso de la levantadora de peso, Li Xueying, quien ganó la medalla de oro en la categoría 58 kg. Su padre, presente en la platea, llorando dijo: “Solo quiero verla inmediatamente. ¡No nos encontramos hace dos años! Al final de todo, ella es mi hija.”

Outra historia comovedora es la de Wu Minxia, medalla del oro olímpico de salto sincronizado. Minutos después de recibir la medalla, su papá le contó que su madre está con cáncer de mama y que sus abuelos maternos habían fallecido hace más de un año. “Aceptamos hace mucho tiempo que ella no nos pertenece”, justificó el padre. “Yo siquiera tengo la osadía de pensar en cosas como disfrutar la felicidad familiar.”

Con la medalla de plata en el pecho, el levantador de peso Wu Jingbiao, llorando, le dijo a un reportero: “yo deshonré a mi país, yo deshonré al equipo nacional de levantamiento de peso, yo deshonré a todos los que se importan conmigo”.

Maisonnave cuenta también que el padre de Lin Qingfeng, otro atleta vencedor del levantamiento de peso, dijo a la prensa que no reconoció a su hijo de 23 años en la TV, porque hace seis años, no se encuentran. Solamente se dio cuenta de que era él cuando escuchó su nombre.

“Faltando pocos días para el final de los Juegos – escribe el corresponsal de la Folha de São Paulo -  gran parte de los ciudadanos chinos está ciertamente orgullosa por el desempeño del país, que viene manteniendo el liderazgo en el cuadro olímpico. Pero, a medida que a competencia avanza e historias como las de arriba se expanden, muchos se preguntan si el draconiano y caro sistema deportivo estatal trae beneficios para los atletas y para la población”.

Entrenando en Australia, el bicampeón olímpico de natación Sun Yang costó a los cofres públicos 10 millones de yuan (poco más de un millón y medio de dólares) apenas en los últimos dos años, según la prensa china.

El suceso olímpico chino, dice el corresponsal brasileño en China, es fruto del ambicioso Proyecto 119, creado el 2002, cuyo nombre refleja el número de medallas de oro que  China lucha para conquistar. Inspirado en el modelo soviético, recibe generosos recursos estatales y envuelve una rutina de entrenamiento apremiante con niños de hasta 5 años. Con ese modelo, China ganó 51 medallas hace cuatro años, en casa, un número record en la historia de los Juegos.

Pese a los números exitosos, las críticas son varias. En entrevista a la revista “Caixin”, el comentarista deportivo Guan Jun resumió las principales: 1) el sistema del “todo o nada” tira la alegría de los atletas; 2) no hay estímulos para los deportes de masa y práctica deportiva entre la población; 3) el control estatal ha provocado casos de abuso de poder y corrupción; y 4) el sistema falla en los deportes más populares, como futbol y en las pruebas de atletismo.

Inclusive en la prensa estatal hay críticas. La versión en inglés del periódico “Global Times”, del Partido Comunista, publicó en su sitio fotos dramáticas de niñas entrenando gimnasia que, advirtiendo su fuerza, Maisonnave las reprodujo.

¿Vale la pena? Se pregunta, al final, Maisonnave.

ATENCIÓN, SI QUIEREN VER LAS FOTOS DE ENTRENAMIENTO CON NIÑOS EN CHINA(SON MUY FUERTES) VEAN EL SIGUIENTE LINK:

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