"Presionamos hacia adelante, buscando recobrar la
iniciativa del juego a través de la recuperación del balón". Rinus Michels.
Xavier Azcargorta me sorprende cada vez
más y me confirma también que futbolísticamente está viviendo aún en la década del ´90.
El párrafo abajo fue escrito hoy en la
página web de la sección Deportes de Erbol:
“(…) “Eso de que se debe jugar 4-4-2 ó
3- 5 -2 no es lo más importante”, dijo el director técnico (Azkargorta) para
quien se debe apuntalar la cuestión motivacional para conseguir objetivos.”
Humildemente, creo que la motivación es
una cuestión básica de cualquier práctica deportiva.
Persona sin motivación no puede llamarse
de deportista. O sea, hablar de motivación en el futbol es una cosa obvia,
redundante, es pleonasmo.
Y el trabajo de un entrenador es
justamente entrenar a personas motivadas, es darles coherencia táctica a sus
habilidades naturales, en fin, es sumar esas habilidades para encontrar un
todo, formar un grupo: un equipo que se mueva en procura de un mismo objetivo.
Y saber sumar esas habilidades es saber aplicar sobretodo un sistema táctico que no es lo mismo de
un esquema táctico. (Teoría mía).
Erbol escribe también que, “para Antonio
Farías, entrenador de fuerzas básicas y comunicador deportivo (¿¿), lo que
acaba de hacer Azkargorta tiene que ver con darle importancia a otros factores.”
“En la
historia del fútbol mundial solamente dos equipos han obviado la cuestión
táctica por la calidad de su fútbol, producto a su vez de la jerarquía de sus
jugadores: Brasil en 1970 y Holanda en 1974”, dijo Farías.”
Otro equívoco:
Más humilde
aún, debo decir que ambos equipos, Brasil (1970) y Holanda (1974) tenían, sí,
sistemas tácticos, uno más revolucionario que el otro:
Brasil, del
entrenador Zagallo, implementó el llamado 4-3-3 “elástico”, o sea, cuando atacaba,
lo hacía con 3 (y por veces 4) jugadores: Jairzinho, Tostão (Pelé) e Rivelinho;
cuando se defendía Pelé y Rivelinho se sumaban a Clodoaldo y Gerson, en el medio
sector.
Holanda, del
entrenador Rinus Michels, implementó su
famoso “carrosel” que no era nada más que una permanente rotatividad entre los
jugadores del medio sector y ataque (Jansen, Neeskens, Van Hanegem, Rep, Cruyff
y Resenbrink) pero solamente cuando
atacaban. Un 4-3-3 con un permanente desmarque para confundir a los
adversarios. Al defenderse lo hacía con todos esos jugadores.
Esito sería.
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