Un juego con intereses diferentes donde el seguro vencedor será el aficionado boliviano al fútbol, porque raras veces tiene la oportunidad de ver a grandes estrellas del balompié mundial en acción.
Bolivia y Argentina jugarán por una fecha más de las Eliminatorias Sudamericanas a la Copa del Mundo Sudáfrica 2010, en el estadio Hernando Siles en La Paz.
Los bolivianos jugarán acompañados en sus propias deficiencias, pero apoyados por una enorme hinchada, acostumbrada y conformada (eso es lo peor) a ver las copas mundiales por la televisión.
Los argentinos, por su lado, saben que, jugando apenas un 50% de lo que pueden, son tres puntos casi ciertos de conquistar y por eso vienen con su fuerza máxima, dirigidos por el ídolo nacional, Diego Armando Maradona que llegó a Santa Cruz diciendo que "no hay que temerle a la altura".
Como suele decir este escriba, “el fútbol es una cajita de sorpresas”. Todo puede pasar, incluso que Bolivia venza a la Argentina.
Si eso sucediere, óptimo, muy bueno, pero en nada cambiará el cuadro del convaleciente fútbol boliviano. Ahora, si el cuadro nacional sale derrotado, los hinchas y el periodismo deportivo, inmediatistas, pedirán la cabeza de Edwin Sánchez.
Para los argentinos explicar el resultado será más fácil: si pierden, echarán la culpa a la altura; si ganan será un partido más.
La Argentina alinearía a: Carrizo; Zanetti, Demichelis, Heinze, Papa; Lucho González, Mascherano, Gago; Maxi Rodríguez; Messi y Tévez.
Por su parte, Bolivia formaría con: Arias; Gatty Ribeiro, Peña, Raldes, Reyes; da Rosa, Robles, Flores, Gómez; Martins Moreno y Botero.
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