Año tras año la historia es la misma. Se repite el guión de la novela boliviana “Fútbol Hambre”.
Lo que pasa en La Paz es una muestra de lo que acontece en todo el país.
Los jugadores de Bolívar y The Strongest se recusaron a entrenar ayer, porque les deben sus salarios; así en el plural.
Ya lo escribí aquí en el blog hace un año: “The Strongest será mañana el Bolívar de hoy”. No me engañé.
Así como la Academia, el Tigre está con sus bienes inmuebles prestes a ser decomisados y rematados, porque deben muchos años de impuestos al Estado.
A eso se suma el hecho de que los dirigentes de The Strongest de hoy se prestaron dinero dando como garantía las propiedades del club, tal cual lo hicieron en el pasado reciente los ex dirigentes de Bolívar encabezados por Mauro Cuellar.
Tengo la información de que, desde que asumieron, los actuales dirigentes de Achumani fueron empeñando los predios atigrados para sacar dinero de los cofres de una Mutual que tiene, inclusive, oficinas en el propio complejo.
En Bolívar, los actuales dirigentes, aparte de tener que cubrir las deudas con el Estado, dejadas por los anteriores directivos, tendrán que enfrentar los próximos meses, varios juicios que ex acompañantes de Mauro Cuellar iniciaron para recuperar “dineros prestados al club”.
En medio a todo eso, el gobierno anunció que rematará los predios de la Federación Boliviana de Fútbol por deudas impositivas.
Como vemos, la matriz y las filiales del fútbol nacional son protagonistas, una vez más, de una novela que viene reprisándose hace mucho tiempo.
Por todo ello, no me extraña más el hecho de que los clubes bolivianos disputen los torneos no por la gloria de ser campeón boliviano, más sí, para clasificar a las copas Sudamericana o Libertadores y así recibir la limosna de la Conmebol por su participación.
A propósito, ¿qué club es el Campeón Boliviano de Fútbol 2007? ¿Quién será el 2008?
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