No es secreto que antes de la existencia de esas
hinchadas, el público boliviano que asistía a los estadios era considerado uno
de los más receptivos y respetuosos, teniendo la característica de aplaudir las
buenas jugadas aún siendo del equipo adversario. Y, creo, la cultura boliviana
del aficionado continua siendo la misma, con excepción de algunos inadaptados,
como el que arrojó objetos al campo de juego durante el partido entre Bolívar
(2) y Santos (1).
Esa acción por sí sola puede traer consecuencias
graves (inclusive la suspensión) para el
estadio Hernando Siles, donde Bolívar manda sus juegos internacionales.
Mientras tanto el hecho está adquiriendo contornos
inesperados, pues el Santos ya anunció que va a denunciar ante la Conmebol “el
tratamiento antideportivo que recibió en La Paz.”
Mientras tanto, lo que inmediatamente preocupa, es la
forma con que Bolívar será recibido en el estadio de la Vila Belmiro, en Santos,
reducto que fue escogido para el próximo juego entre ambos equipos, el próximo
10 de mayo.
“A
víspera del partido haré ese pedido a nuestra hinchada” – dijo de Oliveira, aclarando, sin
embargo, que no se puede perder la razón. “Nosotros tenemos que dar una
lección para esa gente y mostrar cómo funciona el mundo y de qué manera debe
ser llevada la convivencia en el deporte. Vamos tratarles con lealtad y
seriedad. Para eso, convoco a la hinchada: vamos a llenar la Vila Belmiro y dar
una lección a esos subdesarrollados, que piensan que futbol es guerra.”
Debe saber el presidente del Santos que Bolivia es aún
un país subdesarrollado, pero quiero recordarle que por Bolivia pasaron, y
jugaron mucho, astros brasileños como Pelé y Garrincha, que nunca hicieron
declaraciones antipáticas y previas con relación a la altura; por ello, siempre
fueron recibidos con cariño y respeto.
Inadaptados para el deporte existen en cualquier parte
del mundo, inclusive en Brasil, donde este bloguero vivió más de 30 años.
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