Por Juan Manuel del Valle
Sorprendió gratamente la victoria de Bolívar ante Junior (1-0) en Barranquilla. Porque recuperó los tres puntos perdidos como local ante Unión Española, aprovechándolos errores defensivos rojiblancos, como ocurrió ante Universidad Católica, en Santiago. Ese el gran mérito celeste: capitalizar los puntos débiles de sus rivales. Además juega mejor como visita que de local; concluyente.
Debe elogiarse, también, la capacidad académica para neutralizar al Tiburón colombiano y animarse a jugar con sentido colectivo, como le cupo en la primera parte.
Y se animó a buscar el triunfo aunque fue abrumado en el complemento. Esos avances fructificaron en el gol de Ferreira (35`) –cuando reconoceremos la capacidad del artiguense-. Córner de Campos y un centro corto de Scaglia –gran faena en el apoyo y en el avance- para un certero cabezazo oriental. William había tenido dos chances en el primer tiempo.
Junior hacía rato se había perdido en su impericia para concretar.
Pero los errores defensivos no pasaron desapercibidos. Los desvíos, las buenas tapadas de Argüello y el palo evitaron la caída del arco boliviano. Hay que corregirlos. ¿Hasta cuándo pues?
Para Bolívar el triunfo lo coloca como escolta la UE en el Grupo 4. Colaborado, a su vez, por el empate entre hispanos y cruzados (1-1), en San Carlos de Apoquindo.
Oportunidades que deben aprovecharse, en una llave mediocre donde todo puede pasar. Todavía la Academia está en deuda con su público. En el Estadio hay queganar. No sirve empatar de local. ¿El ciclo cumplido? ¿El cuento del tío Hoyos? A no marearse con la victoria de visita que para el premio y la redención quedan tres paradas más.
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